Shawn Mendes abrió su corazón para contar de la forma más honesta y emotiva lo que sentía tras su ruptura con Camila Cabello y lo hizo de la mejor manera que sabe y en un código que ha tocado el corazón de sus seguidores con la misma transparencia que abría el suyo.
Así lo confesó él mismo tras el estreno del videoclip de su canción «It’ll be ok», escrita en un momento que describe como difícil para él, y en el que quería hacer un tema realmente honesto y real.
El videoclip, dirigido por Jay Martin, el mismo detrás de «Mercy», «Stitches», «There’s Nothing Holding Me Back» o «In My Blood», fue filmando en la ciudad natal de Shawn Mendes, Toronto, lo cual le hizo más entrañable y emotivo el rodaje, y querido el resultado.
Grabado en plena noche y con un Shawn Mendes como único protagonista, el clip es el perfecto complemento de una letra que canta al dolor ante una separación y la idea de no saberse en el mundo del otro, a los sueños truncados y a saber que por más que se intente no podrá recuperarse.
«Tenía muchas ganas de hacer música que se sintiera súper honesta y súper cruda y estaba pasando por una situación difícil en ese momento. Poder simplemente caminar por Toronto, que es donde suelo volver para procesar las cosas y donde me encontrarás en mis momentos más íntimos, se siente como un lugar perfecto y un video para la canción», dijo tras el lanzamiento que a juzgar por la acogida que ha tenido está encantando a sus fans.
A tan solo tres días de estrenado el videoclip de «It’ll be ok» de Shawn Mendes ha rebasado los 6 millones de reproducciones.
El pasado 18 noviembre Camila Cabello y Shawn Mendes anunciaron su ruptura, tras dos años de noviazgo.
Poco después, a principios de diciembre Shawn Mendes estrenó el audio del tema en que cantaba a su ruptura con Camila Cabello.
Unos días después compartió con sus seguidores un íntimo, precioso y muy emotivo momento interpretando al piano un fragmento de la canción.
Shawn Mendes, con este tema, ha logrado una vez más hacer del dolor, la vulnerabilidad y la pérdida una pieza artística que, cuando le sanen las heridas quedará como precioso testimonio del poder del arte para externalizar, comunicar y hacer sentir.
