La cantante de origen cubano Camila Cabello compartió a través de su cuenta en Instagram un extenso mensaje donde visibiliza lo que padecen personas como ellas con proyección pública por la presión constante de lucir bien.
En sus palabras Camila Cabello hace notar que lo que para cualquier persona puede ser un evento de disfrute, de relax y de desconexión, como ir a la playa, para ella termina siendo un momento más en el que se sabe observada, evaluada y pasada por los juicios de si luce bien o no.
«Cada vez que he ido a esta playa en Miami me he sentido fotografiada escondidas» cuenta en su publicación, donde confiesa que eso que siempre la ha hecho sentir super vulnerable y desprevenida.
Como cualquier persona que va a la playa a disfrutar Camila Cabello -continúa- ha ido con bikinis que le han quedado pequeños, algo que no ha tenido importancia para ella inicialmente, pero que luego cuando ha visto los posados robados y los comentarios y críticas en la red le han hecho sentir muy molesta.
«Recuerdo cuánto me ha impactado darme cuenta de que estaba pensando los pensamientos de la cultura, y no en los míos. Una cultura que se ha acostumbrado tanto a una imagen de lo que debe ser el cuerpo de una mujer «saludable’, que es completamente irreal para muchas mujeres» continúa su post, al que le han seguido cientos de comentarios.
«Photoshop, alimentación restrictiva, exceso de ejercicio elección de ángulos que hacen que nuestros cuerpos se vean diferentes a como son en ese momento o en su estado y forma naturales, cuando respiramos profundamente, cuando comemos, cuando nos permitimos ser como somos», describe Camila Cabello en lo que se ha convertido toda la dinámica tras perseguir un canon de belleza y de apariencia ideal que no solo no se adapta a todos sino que termina trayendo sufrimiento a muchos.
Tras ello, la intérprete nacida en La Habana cuenta un anécdota de su día en la playa, con el que no solo se han identificado muchas de sus seguidoras, sino que revela todo el peso que carga una celebrity tras esas fotos de aparente perfección que luego las revistas compran y los lectores consumen.
A diferencia de unos niños que corrían relajados, sin preocupaciones, sencillamente disfrutando -sin complementos ni accesorios- provistos solo de la felicidad que da la inocencia de sus años, ella escondía tanto el abdomen que dolía, aguantaba la respiración y estudiaba la pose para salir perfecta en las fotos que sabía que los paparazzi estaban tomando de ella.
«Y sentí el vacío y la tristeza de cómo los pensamientos de mi cultura se habían apropiado de los míos», dijo ella, que recientemente lanzó «Bam bam bam» con Ed Sheeran.
Para Camila Cabello hablar de este tema y contar esta experiencia no es solo un ejercicio de catarsis propia y de liberarse de los propios yugos que coartan su plenitud, sino también de llamar a repensarnos qué hacemos cuando alabamos que una mujer se vea bien o la tildamos de saludable.
«¿Pero qué es la salud si estás tan centrado en cómo luce tu cuerpo que tu salud mental sufre y no puedes ser feliz?” se pregunta la artífice de hits internacionales como «Havana» o «Don’t go yet».
Racionalmente Camila Cabello sabe que cómo luce no determina cuán saludable, feliz o sexy es, pero emocionalmente todos los mensajes que le llegan de la sociedad terminan haciendo mella.
«Irónicamente, toda la terapia y el trabajo interior es tratar de regresar al sentimiento de mí misma con siete años en la playa» concluyó Camila Cabello su poderoso mensaje que arroja luz de la manera más sincera y transparente posible del daño tan profundo que los estereotipos sobre belleza, juventud y sensualidad imponen a las mujeres.
«Esto es tan bello y vulnerable. Eres una diosa por dentro y por fuera», le comentó la presentadora Lauren Sánchez, pareja de Jeff Bezos.
«Esto me hizo llorar. Gracias por escribir sobre esto, que es tan importante que las personas escuchen. Eres preciosa por dentro y por fuera» le escribió Paris Hilton, entre los muchos mensajes de apoyo que arroparon a la cubana, que está próxima a lanzar su nuevo trabajo discográfico.
No es esta, sin embargo, la primera vez que Camila Cabello -que tiene por demás tan solo 25 años recién cumplidos- habla de las críticas que ha tenido que soportar o la acritud y crueldad con la que han expuesto su cuerpo.
Pese a que ella suele responder con sentido del humor, naturalidad y alegatos en pro de la belleza natural y la defensa a quererse a uno por encima de todos, a la larga no es inmune a tanta toxicidad y comentario destructivo.
Esperemos sirva este post de Camila Cabello y el de otras tantas mujeres en sumar un granito más para erradicar estas dinámicas tan dañinas y destructivas con respecto a la autoestima y la felicidad de cada quien.
